Mis pequeños platones,
llevo aplazando este momento un par de semanas. Pero ya he dejado de oír
el bullicio de vuestras idas y venidas por los pasillos. Poco a poco
el instituto va recobrando esa calma inusual, casi olvidada, propia
de los meses de estío. Los libros de texto se amontonan indiferentes en las aulas y todos los profes deambulamos por los pasillos con
urgencia, ultimando los informes y las memorias que el sistema nos
exige. El fin de curso es ya un hecho. Por eso es buen momento para
hacer memoria.