Descartes
es uno de los máximos representantes del Racionalismo, junto con Leibniz,
Malebranche o Spinoza. La Francia del siglo XVII está marcada por la
inestabilidad religiosa provocada por los continuos enfrentamientos entre católicos
y protestantes, que finalmente acaba en la Guerra de los Treinta Años, en la
que el propio Descartes participa como soldado.
Al
año de nacer, muere su madre, y algunos biógrafos llegan a afirmar que durante
mucho tiempo se apodera de él un fuerte sentimiento de culpa, si bien la causa
de la muerte nada tuvo que ver con Descartes, sino con un parto posterior. En
cualquier caso, esto nos da una idea de su fragilidad psicológica. Tenía un
carácter reservado e introvertido, que con frecuencia le llevaba a contentarse
con solitarios paseos en los que meditaba sobre su existencia. Tanto es así que
su padre solía llamarle “el filósofo” ya a temprana edad. Además, se dice que
tenía una salud muy débil y que este hecho le marcó toda su vida.