Platón sostiene un dualismo antropológico, que ya había surgido con Pitágoras y el orfismo. Esto quiere decir que el hombre es un compuesto de cuerpo (la parte material y mortal, la cárcel del alma) y alma, psyché (la parte racional e inmaterial, superior al cuerpo).
Esta unión es accidental, y es algo así como un castigo del
que nos libramos con la muerte. Es decir, las almas caen en un cuerpo material
y son sometidas a partir de ese momento a las coordenadas espacio-temporales.
Es entonces cuando comienza una serie de reencarnaciones en distintos cuerpos,
que son elegidos por las propias almas. Es por esto que no podemos culpar a los
dioses de nuestras desgracias. ¿A que son listos estos griegos? Tras muchas
reencarnaciones, se llega a la contemplación de la Verdad. ¿Y en qué consiste
esto? Pues nada más y nada menos que en llegar a ser filósofos. Ante semejante
conclusión, no me digáis que no se os pasa por la cabeza la idea de estudiar
filosofía…
Platón nos cuenta en un libro precioso del que ya os he hablado alguna vez, el Timeo, las clases de almas que existen:
- Alma racional: contemplación suprasensible de la Ver;
- Alma irascible: fuente de las pasiones nobles (valor, ira, ambición…). Es mortal.
- Alma concupiscible: fuente de pasiones innobles (instinto de conservación, instintos sexuales…). También es mortal.
Este dualismo alma/cuerpo se apoya
también en su división ontológica de la realidad: lo inteligible y lo
ininteligible (sensible). El alma sería lo más parecido al mundo de las ideas,
mientras que el cuerpo se relaciona con las cosas sensibles. En realidad,
podríamos decir que, según Platón, somos un alma que tiene cuerpo. Su obra, Fedón, está dedicada por
completo a demostrar la teoría de la inmortalidad del alma. Sus argumentos son:
a)
La teoría de la reminiscencia: el alma
es capaz de recordar lo que ya había aprendido anteriormente.
b) Metempsícosis:
etimológicamente significa “el paso de las almas”. Aunque fue una teoría
defendida por el orfismo y los pitagórcos, y que Platón la hace suya en el
Menón. El alma cae en el cuerpo de manera accidental y va pasando de unos
cuerpos a otros hasta su completa libración.
El profesor Eugenio Sánchez Bravo en su
blog, nos muestra de esta manera el proceso por el que pasan las almas durante
la metempsícosis.
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