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Foucault (1926- 1984) fue un filósofo que hizo un análisis de su tiempo complejo. Tiene una fuerte influencia de la filosofía de Nietzsche y Heidegger. Los temas de sus obras son muy variados: la microfísica del poder, la historia de la medicina, los cambios en las condiciones del discurso científico, análisis del castigo en la sociedad moderna, la historia de la sexualidad o la hermenéutica del sujeto. Os paso a continuación una entrevista interesantísima publicada en 1980 en francés.
Esta entrevista se realizó el 3 de noviembre de 1980 por Michael Bess, estudiante graduado del Departamento de Historia en la Universidad de California, Berkeley. Foucault se encontraba en Berkeley para ofrecer las conferencias Howison (“Subjetivación y verdad”) los días 20-21 de octubre de 1980. Extractos de la entrevista aparecieron en un artículo escrito por el propio Bess y publicado el 10 de noviembre de 1980 en el diario estudiantil Daily Californian, de dicha universidad. La entrevista se desarrolló en francés y fue traducida por el propio Michael Bess.
Hace un momento usted me contaba que es moralista…
En cierto sentido lo soy, en la medida en que creo que uno de los propósitos, uno de los sentidos de la existencia humana – la fuente de su libertad – es no aceptar nunca nada como definitivo, intocable, obvio o inmóvil. No se debería aceptar que ningún aspecto de la realidad se convierta en ley definitiva y anti humana para nosotros.
Sin embargo, necesitamos aferrarnos, incluso de manera provisoria.
Sí, es cierto. Esto no significa que uno deba vivir en una discontinuidad indefinida. A lo que me refiero es que uno debe considerar todos los puntos de fijación, de inmovilización, como si fuesen elementos tácticos, estratégicos; como parte de un esfuerzo por devolver las cosas a su movilidad original, a su apertura al cambio.
Te mencionaba anteriormente los tres elementos de mi moral. Estos son (1) la negación a aceptar como evidente las cosas que se nos proponen; (2) la necesidad de analizar y conocer, dado que no podemos llevar a cabo nada sin la reflexión y el entendimiento – de ahí el principio de curiosidad; y (3) el principio de innovación: buscar en nuestras reflexiones aquellas cosas que nunca han sido pensadas o imaginadas. En resumen: negación, curiosidad, innovación.
Me parece que el concepto que tiene la filosofía moderna respecto del sujeto supone estos tres principios. Me refiero a que la diferencia entre sujeto y objeto es precisamente que el sujeto es capaz de negarse, de generar innovación. Por tanto, ¿su trabajo ataca la tendencia a cristalizar esta noción de sujeto?
Lo que estaba explicando era el campo de valores dentro del cual sitúo mi trabajo. Me preguntaste antes si yo era un nihilista que rechaza la moralidad. Te respondí que no. También me estuviste preguntando “por qué hace el trabajo que hace”
Te mencionaba anteriormente los tres elementos de mi moral. En resumen: negación, curiosidad, innovación.
Estos son los valores que propongo. Pienso que la teoría moderna del sujeto, la filosofía moderna del sujeto, muy bien podría ser capaz de otorgar al sujeto una capacidad para la innovación, etc., pero que, sin embargo, en la actualidad la filosofía moderna sólo lo hace en un nivel teórico. En la realidad no es capaz de traducir en una práctica estos diferentes valores que estoy tratando de elaborar en mi propio trabajo.
¿El poder puede ser abierto y fluido, o es intrínsecamente represivo?
El poder no debe ser entendido como un sistema opresivo que somete desde la altura a los individuos, castigándolos con prohibiciones sobre esto o aquello. El poder es un conjunto de relaciones. ¿Qué significa ejercer el poder? No significa tomar esta grabadora y arrojarla contra el suelo. Tengo las capacidades para hacerlo, tanto material como física y anímica. Sin embargo, si la azoto contra el suelo con el propósito de hacerte enojar o que no puedas reproducir lo que he dicho, o presionarte de modo que te comportarás de tal o cual manera o para intimidarte; pues bien, lo que he hecho al moldear tu comportamiento mediante ciertos medios, eso es poder.
Esto quiere decir que el poder es una relación entre dos personas, una relación que no está en el mismo orden de la comunicación (incluso si estás obligado a servirme como instrumento de comunicación). No es lo mismo que decirte “el clima está agradable” o “nací en tal o cual día”.
Ejerzo poder sobre ti: influyo en tu comportamiento o intento hacerlo. Intento guiarlo, conducirlo. Y la manera más sencilla es, obviamente, tomándote de la mano y obligarte a que vayas a donde quiero. Ese es el caso límite, el grado cero del poder. Y es precisamente en ese momento en que el poder deja de serlo y se convierte en simple fuerza física. Por el contrario, si uso mi edad, mi posición social, el conocimiento que pueda tener sobre determinado tema para hacer que te comportes de un modo particular – es decir, no te estoy forzando a algo sino que te estoy dejando completamente libre – ahí es cuando empiezo a ejercer poder. Está claro que no debemos definir el poder como un acto violento y opresor que reprime a los individuos forzándolos a hacer algo o evitando que hagan algo distinto. Sino que el poder tiene lugar cuando existe una relación entre dos sujetos libres y esta relación es desigual, de modo que uno puede actuar sobre el otro, y ese otro es guiado o permite que lo guíen.
Por tanto, el poder no siempre es represivo. Puede tomar varias formas. Y es posible tener relaciones de poder que son abiertas.
¿Son relaciones equitativas?
Nunca son equitativas porque la relación de poder es desigual. Pero puedes tener sistemas de poder reversibles. Tomemos, por ejemplo, lo que sucede en una relación erótica – no estoy hablando de una relación amorosa sino simplemente una relación erótica. Pues bien, tienes claro que es un juego de poder y la fuerza física no es necesariamente el elemento más importante aquí. Ambos tienen una cierta manera de actuar en el comportamiento del otro, moldeándolo y determinándolo. Uno de los dos puede usar esta situación de un modo determinado y luego generar el inverso exacto con respecto al otro. Pues bien, ahí tienes una forma específica y pura de poder reversible.
Las relaciones de poder no son en sí mismas formas represivas. Lo que sucede es que en las sociedades, o en la mayoría de ellas, se crean organizaciones para mantener cristalizadas las relaciones de poder, para mantener dichas relaciones en un estado de asimetría, de modo que un cierto número de personas obtienen una ventaja social, económica, política, institucional, etc. Y esto cristaliza la situación. Eso es lo que uno llama poder, en el sentido estricto del término: es un tipo específico de relación de poder que ha sido institucionalizado, cristalizado e inmovilizado para beneficios de algunos y perjuicio de otros.
Pero, ¿son ambas partes de la relación victimas del poder?
¡No del todo! Sería forzar demasiado la idea si decimos que aquellos que ejercen el poder son víctimas. De cierta manera es verdad que pueden quedar atrapados en la trampa, dentro de su propio ejercicio de poder; pero no son tan victimas como los otros. Inténtalo…ya verás [risas].
¿Está alineado con la posición de los marxistas?
No lo sé. Verás, no estoy seguro de saber qué es el marxismo en realidad y no creo que exista como algo abstracto. Para mala o buena suerte de Marx, su doctrina ha sido adoptada casi siempre por organizaciones políticas y es, después de todo, la única teoría cuya existencia siempre ha estado atada a organizaciones sociopolíticas que fueron extraordinariamente fuertes y volátiles, hasta el punto de convertirse en aparatos del Estado.
De manera que cuando mencionas al marxismo, te pregunto a cuál te refieres, ¿el que se enseña en la República Democrática Alemana (marxismo-leninista); el vago, desaliñado y bastardo concepto que usan algunos como George Marchais; o el cuerpo doctrinario que sirve como punto de referencia para algunos historiadores ingleses? En otras palabras, no sé lo que es el marxismo. Intento luchar con los objetos de mi propio análisis, por lo que cuando uso un concepto utilizado tanto por Marx o los marxistas, un concepto útil y tolerable, para mí es indiferente. Siempre me he negado a considerar como factor decidor el estar o no de acuerdo con el marxismo a la hora de negar o aceptar lo que digo. No me podría importar menos.
¿Tiene algunas ideas respecto de un sistema de poder que ordene a la masa de seres humanos en el planeta, un sistema de gobierno que no se convierta en una forma de poder represiva?
Un programa de poder puede tomar tres formas. Por un lado, ¿cómo ejercer un poder que sea efectivo y posible (en esencia, cómo reforzarlo)? O, por otro lado, la postura inversa: ¿cómo anular el poder, qué puntos atacar para derrumbar la cristalización del poder ya existente? Y por último, la postura intermedia: ¿de qué manera limitar las relaciones de poder tan encarnadas y desarrolladas en una sociedad específica?
Pues bien, la primera postura no me interesa: crear un programa de poder que ejerza el poder más que antes. La segunda postura es interesante, pero me complica que se deba considerar esencialmente bajo el propósito de sus objetivos concretos: las luchas que uno desea emprender. Y esto significa, precisamente, que uno no debe hacer de ella una teoría a priori.
En cuanto a la postura intermedia – ¿cuáles son las condiciones aceptables del poder? – digo que estas condiciones aceptables para el ejercicio del poder no pueden ser definidas a priori. Ellas son siempre el resultado de relaciones de fuerza dentro de una sociedad. Y en tal situación sucede que un cierto desequilibrio en las relaciones de poder es, en efecto, tolerado por un periodo de tiempo por aquellas víctimas que están en una posición más desfavorable. Esto no quiere decir que semejante situación sea aceptable. Ellos son conscientes de esto desde el primer momento, de modo que después de pocos días, años, siglos, las personas siempre terminan resistiéndose y ese viejo compromiso ya no funciona. Eso es. Pero no se puede dar una fórmula definitiva para el ejercicio óptimo del poder.
¿Quiere decir que algo se cristaliza en las relaciones de poder entre las personas y que se vuelve intolerable después de un tiempo?
Claro, a pesar de que a veces sucede de inmediato. Las relaciones de poder, tal como se expresan en una determinada sociedad, no son sino la cristalización de una relación de fuerzas. Y no hay ninguna razón para que estas cristalizaciones de las relaciones de fuerza deban ser formuladas como una teoría ideal de dichas relaciones.
Dios sabe que no soy un estructuralista o un lingüista o algo por el estilo, pero, verás, es casi como si un filólogo quisiera decir “bien, así es como el lenguaje debe ser hablado, así es como el inglés o francés debe ser hablado”. ¡Pero no! Uno puede describir de qué manera un lenguaje es hablado en un determinado momento, uno puede decir lo que es comprensible y lo que es inaceptable, incomprensible. Y es todo lo que uno puede decir. Por otro lado, sin embargo, esto no significa que este tipo de trabajo en relación al lenguaje no permita innovaciones.
Es una posición que se rehúsa a hablar en términos positivos, excepto para el momento presente.
Desde el momento en que uno concibe el poder como un ensamble de relaciones de fuerza, no puede haber ninguna definición programática de un estado óptimo de fuerzas, a menos, claro, que uno fije posiciones al decir “quiero que el blanco ario, de raza pura tome el poder y lo ejerza”, o incluso, “quiero que el proletariado ejerza el poder y quiero que lo haga de manera absoluta”. En ese momento sí se ha establecido un programa para la construcción del poder.
Desde el momento en que uno concibe el poder como un ensamble de relaciones de fuerza, no puede haber ninguna definición programática de un estado óptimo de fuerzas, a menos, claro, que uno fije posiciones al decir “quiero que el blanco ario, de raza pura tome el poder y lo ejerza”, o incluso, “quiero que el proletariado ejerza el poder y quiero que lo haga de manera absoluta”. En ese momento sí se ha establecido un programa para la construcción del poder.
¿Es intrínseco a la existencia humana que su organización se transforme en una forma represiva de poder?
Sí. Por supuesto. Tan pronto como haya personas que se encuentren en una posición – dentro del sistema de relaciones de poder – donde puedan actuar sobre otros y determinar la vida y el comportamiento de éstos, pues bien, la vida de esas otras personas no será del todo libre. Como resultado, dependiendo del umbral de tolerancia y de un gran número de variables, la situación será más o menos aceptada, pero nunca completamente. Siempre habrá personas que se rebelen, que se resistan.
Permítame poner otro ejemplo. Si un niño quiere rayar las murallas de una casa, ¿sería represivo impedir que lo haga? ¿En qué punto uno dice “¡Basta!”?
[…] Si acepto la idea que frecuentemente se tiene del poder – vale decir, que es algo horrible y represivo para el individuo – es evidente que evitar que un niño raye las murallas sería una tiranía insoportable. Pero eso no es el poder: Yo digo que el poder es una relación. Una relación en la que uno guía el comportamiento de los otros. Y no hay ninguna razón para decir que la manera de guiar el comportamiento de los otros no puede tener, en última instancia, un resultado positivo, valioso, interesante, etc. Si yo tengo un hijo, te aseguro que no rayaría en las murallas; y si lo hiciera, sería contra mi voluntad. ¡Incluso el solo pensarlo!
Es complicado…a veces uno tiene que cuestionar constantemente.
¡Sí, sí! ¡Así es! Un ejercicio de poder nunca debe ser algo evidente. No significa que porque seas el padre tienes derecho a golpear a tu hijo. A menudo, incluso, no castigarlo es también una manera de moldear su comportamiento. Este es un dominio de relaciones bastante complejo que exige una reflexión constante. Y cuando uno piensa en el cuidado con que los sistemas semióticos han sido analizados en nuestra sociedad, para develar su valor significante [valeur signifiante], ha existido un relativo descuido de los sistemas para el ejercicio del poder. No se le ha dado la suficiente atención a este complejo ensamble de conexiones.
Su postura escapa continuamente de la teorización. Tiene que rehacerse una y otra vez.
Es una práctica teórica, si tú quieres. No es una teoría sino más bien una manera de teorizar la práctica. […] Como mi posición aún no ha sido esclarecida del todo, a veces la gente piensa que soy una suerte de anarquista radical que tiene un profundo odio hacia el poder. ¡No! Lo que trato de hacer es abordar este fenómeno tremendamente importante y confuso que es el ejercicio del poder en nuestra sociedad, con la mayor reflexión y prudencia. Prudencia en mi análisis, en los postulados morales y teóricos que empleo. Intento averiguar qué está en juego. Pero cuestionando las relaciones de poder de la manera más escrupulosa y atenta posible, examinando todos los ámbitos de su ejercicio, que no es lo mismo que construir una mitología del poder como si fuera la bestia del apocalipsis.
¿Hay temas positivos en su concepto sobre lo que es bueno? En la práctica, ¿cuáles son los elementos morales en los que basa sus acciones?
Ya te los dije: negación, curiosidad e innovación.
Pero, ¿no son todas ellas negativas en cuanto al contenido?
La única ética que puedes tener con respecto al ejercicio del poder, es la libertad de los otros. Yo no le digo a la gente “hagan el amor de esta manera, tengan hijos, vayan a trabajar”.
Debo admitir que estoy un tanto perdido al no tener puntos de orientación en su mundo, hay demasiada apertura.
Escucha, escucha… ¡No es tan difícil! No soy un profeta; no soy un organizador; no quiero decirle a la gente qué debe hacer. No voy a decirles “¡esto es bueno para ti, esto no!”.
Intento analizar una situación real en sus diversas complejidades, con el propósito de permitir la negación, la curiosidad y la innovación.
Y con respecto a su vida personal, eso ya es distinto…
¡Pero a nadie le incumbe!
Pienso que en el fondo de todo esto hay un malentendido sobre la función de la filosofía, del intelectual, del conocimiento en general: y es que les concierne a ellos decirnos qué es bueno.
¡Pues no! ¡No, no, no! No es responsabilidad de ellos. Ellos ya son bastante propensos a interpretar ese papel. Por dos mil años han estado diciéndonos qué es bueno, con todas las consecuencias catastróficas que eso ha generado.
Hay un juego terrible aquí, un juego que oculta una trampa en la que los intelectuales tienden a decir lo que es bueno, y las personas no encuentran nada mejor que les digan lo que es bueno, cuando sería mejor que empezaran a gritar “¡esto es malo!”
Pues bien, cambiemos el juego. Digamos que los intelectuales ya no tendrán el rol de decir lo que es bueno. Por tanto, dependerá de las propias personas, basando su juicio en los múltiples análisis de realidad que se les ofrezcan, trabajar o comportarse espontáneamente, de manera que puedan definir por sí mismos qué es bueno para ellos.
Lo bueno a veces surge a través de la innovación. Lo bueno no existe como tal en un cielo atemporal con personas que serían como los Astrólogos del Bien, cuyo trabajo es determinar cuál es la naturaleza favorable de las estrellas. Lo bueno es definido por nosotros, se practica, se inventa. Y es un trabajo en conjunto.
¿Está más claro ahora?
Fuente: El poder, los valores morales y Michel Foucault | La tinta
Estoy de acuerdo con los puntos de la moral según Michel Foucault pero no del todo con su explicación ya que en el punto 1 no a todo lo que se nos impone nos oponemos solo a ciertas cosas dependiendo de nuestro pensamiento, en el punto 2 tampoco estoy de acuerdo del todo ya que no siempre necesitamos pensar o reflexionar para hacer las cosas sino que muchas veces reflexionas después de haberla hecho y finalmente en el punto 3 si estoy de acuerdo entero ya que a veces reflexionamos en cosas que en un pasado nunca hubiéramos imaginado.
ResponderEliminarMarcos Cebada Menéndez.
ResponderEliminarMe encuentro totalmente de acuerdo con los principios ya que no nos podemos fiar de todas y cada una de las cosas que se nos dice que son verdad, hay que ponerlas en duda primero. Luego,la necesidad de saber sobre ciertas cosas que no tenemos todavía el conocimiento es muy tentadora por la que la curiosidad debe existir. Por último, el transformar las cosas obsoletas en nuevas y funcionales es vital para los seres humanos. Por lo tanto todos estos principios son fundamentales en la moral de cada uno
Comentaré un pequeño texto que trata sobre la moral.
ResponderEliminarEste habla sobre que tiene tres elementos para su moral, oposición, curiosidad e innovación.
En mi opinión creo que esos tres elementos si funcionan bien para la moral y que es lo mejor para llevar una buena conducta, felicidad y continuidad.
Recordemos que la moral son las leyes o normas que el hombre percibe como obligatorias en conciencia.
Ana Cristina Romero Aragón
ResponderEliminarEste principio consiste en que , para él , la moral se basa en la oposición, la curiosidad ( la necesidad de saber nuevas cosas) e innovar.
Yo sí que estoy de acuerdo con él. Pienso que esos tres puntos que él a dado son ciertos. Si que necesitamos pensar y reflexionar antes de actuar. También es muy tentador eso de la curiosidad por saber cosas nuevas o por algo en particular. Pienso que todos estos elementos son de la moral.
Estoy de acuerdo con los pensamientos recogidos en el texto de Michel Foucault pero en algunos aspectos no del todo. En el primer principio nos dice que nos oponemos a todo lo que se nos impone y creo que no siempre es así pues hay cosas con las que estamos de acuerdo. En el segundo principio sí estoy más de acuerdo aunque no siempre analizamos tanto las situaciones y reflexionamos sobre ello. Y en el tercer principio estoy de acuerdo al completo ya que si recurrimos a reflexionar sobre cosas que nunca hubiésemos pensado.
ResponderEliminarEn el texto, Foucault nos habla sobre los principios de los que está formada su moral, siendo esta un "conjunto de costumbres y normas que se consideran buenas y correctas según cada cultura y país". Foucault nos dice que tales principios son: la oposición, la curiosidad y la innovación.
ResponderEliminarSobre el primer principio del que nos habla, la oposición, no estoy de acuerdo ya que pienso que no formaría parte de nuestra moral, sino que varía mucho según la persona, si esta va a aceptar absolutamente todo lo que se le imponga o lo rechazará. Al verlo como algo muy variable según la persona, considero que no es un principio de nuestra moral. Con el segundo principio, la curiosidad, me ocurre igual que antes, ya que considero que no todas las personas sienten esa necesidad de conocer el porqué de algo y pueden llegar a realizar una acción como si se tratase de una "conducta habitual", es decir, sin una reflexión a priori. De este modo, al igual que he comentado antes, no la podría considerar un principio de la moral ya que no la encontraríamos siempre. Finalmente, si me encuentro de acuerdo con el tercer principio, la innovación, ya que alguna vez hemos pensado en algo imaginario o algo que no existe y lo hemos incluso tomado como algo real. De este modo, podemos considerar a la innovación como una cualidad innata que presentamos todos y, por lo tanto, sí formaría parte de nuestra moral.
Marta Páez Navas
ResponderEliminarPienso lo mismo que Michel ya que considero que no deberíamos fiarnos tan fácilmente de los que nos dicen. En el principio de oposición nos anima a rechazar cualquier afirmación, en cambio creo que no deberíamos rechazarla sino dudar de ella para después llegar al principio de curiosidad y analizar la situación, aunque no siempre tengamos medios. Una vez hecho esto, podríamos llegar a nuestras propias conclusiones sabiendo que todo eso es cierto.
En cuanto a los tres principios de la moral del texto de Michel Foucault, mi opinión es la siguiente: El primer elemento (principio de oposición), creo que no sería del todo moral ya que cada uno piensa de manera diferente y no tiene porqué haber una opinión equivocada. Y sobre el principio de curiosidad y innovación, sí comparto su opinión ya que es necesario conocer cada vez más.
ResponderEliminarCarmen Rodicio Bocuñano
ResponderEliminarEn mi opinión estoy de acuerdo con los elementos que recoge Michel Foucault bajo su moral,menos en uno de los puntos.Estos elementos son oposición,curiosidad e innovación.
Con el primer citado es con el que no estoy muy de acuerdo ya que si es verdad que en muchas ocasiones rechazamos lo que se nos impone pero no en todos los casos ya que esto también depende de la forma de pensar y actuar de cada uno.Y para terminar tanto con el principio de curiosidad e innovación estoy de acuerdo ya que el ser humano siempre es tentado a analizar las situaciones y los hechos de forma más o menos coherentes antes de actuar y a buscarle sentido a todo lo que anteriormente no se había planteado.
Son muy interesantes los pensamientos que reocoje este filósofo Michel Foicault. Estoy de acuerdo con la mayoría de sus pensamientos, pero en el 2 que trata sobre la curiosidad, no estoy de acuerdo ya que hay veces que hacemos acciones al momento sin pensar ni reflexionar sobre qué nos puede pasar al hace eso. Es luego cuando la pensamos si nos ha beneficiado o nos perjudica.
ResponderEliminarQuitando esta breve falta, son muy importantes estos 3 pensamiento para la moral
Ana Belén Mateo:
ResponderEliminarEs la mente de cualquier científico que haya existido o existirá porque son las premisas en las que se basa el método científico.
Todos los avances e inventos se han producido gracias a que ciertas personas se cuestionaban la realidad; como ejemplo, cuando se creía que la Tierra era plana y Colón lo desmintió.
Llegamos a nuevas conclusiones gracias a la observación y la experimentación como cuando Newton se cuestionó la ley de la gravedad con la caída de la manzana del árbol. Y ya por último, la curiosidad es innata en el ser humano, todos tenemos la necesidad de saber el porqué de las cosas lo cual nos hace investigar una posible respuesta.
Como resultado de estos tres elementos, la civilización humana ha ido innovando y creciendo en sabiduría.
Estoy de acuerdo con los principios de Michel Foucault. Él nos comenta varios principios: uno en el que rechazamos a todo lo que se nos impone, del que no estoy del todo de acuerdo.Un principio de curiosidad, en el que estoy de acuerdo ya que siempre hay que saber de las cosas y no realizar una acción sin antes una reflexión y por ultimo el principio de innovación en el que reflexionamos sobre cosas que nunca pensaríamos. Todos estos principios me parecen fundamentales.
ResponderEliminarEn principio estoy de acuerdo porque no siempre todo lo que te dicen es verdad.La segunda no estoy del todo de acuerdo ya que no siempre que haces algo lo piensas antes de hacerlo.La tercera estoy totalmente de acuerdo ya que siempre vas a razonar algo nuevo que en el pasado no
ResponderEliminarIgnacio López Galea
ResponderEliminarEn principio estoy de acuerdo porque no siempre todo lo que te dicen es verdad.La segunda no estoy del todo de acuerdo ya que no siempre que haces algo lo piensas antes de hacerlo.La tercera estoy totalmente de acuerdo ya que siempre vas a razonar algo nuevo que en el pasado no
Celia Doncel
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con la mayoría de los argumentos de Michel Foucault, este nos dice que la moral tiene tres elementos, oposición, curiosidad e innovación.En primer lugar,pienso que hay algunas cosas que aceptamos, por lo que no estoy totalmente de acuerdo con el primero. Por otro lado,siempre tenemos curiosidades, y la necesidad de saber más sobre ciertas cosas que desconocemos. Por último,el ser humano siempre tiene la necesidad de innovar y buscar más allá.
La oposición, curiosidad e innovación son tres elementos morales que para Foucault forman parte de su moral. Pero lo moral es distinto en cada persona, porque depende del conjunto de valores o creencias que hacen que un individuo actúe en conciencia de un modo u otro.
ResponderEliminarEn cuanto a la oposición creo que es algo natural en el ser humano, que va relacionado con la libertad personal, haciendo que el hombre se revele contra lo impuesto. La curiosidad depende de cada individuo por lo que no creo que tengan que ir relacionado siempre con la comprensión y la reflexión. En cuanto a la innovación, es cierto que sin reflexionar (es decir, pensar y estudia con atención algo), no es posible conseguir proyectos pensados o imaginados que antes parecían imposibles.
Estoy de acuerdo en la mayoría de los puntos de moral de Foucault pero hay algunos puntos que no estoy del todo de acuerdo como el rechazo a todo el que se nos impone, aunque depende de la situación en mi opinión para que está frase de Foucault tenga sentido. De los demás puntos no tengo nada que objetar, me parece todo muy coherente y reflexivo.
ResponderEliminarNazaret Tizón Cebada.
ResponderEliminarSobre los tres pensamientos dados, con el primero no estoy totalmente de acuerdo ya que no siempre que nos proponen algo va a tener un rechazo por parte nuestra, habrá cosas que si y otras que no, eso dependerá del pensamiento de esa persona, si está de acuerdo o no. En segundo lugar, con el pensamiento de curiosidad, pienso que no siempre es así, ya que a veces por un motivo o otro no pensamos las cosas antes de actuar. Y por último, aquí si que estoy de acuerdo, ya que hay cosas que pasan sin ningún porque y que después al tiempo lo piensas y jamás hubieras imaginado que eso podría haber ocurrido o pensado.
IVAN GARCIA USERO
ResponderEliminarEn el texto que he leido estoy de acuerdo perp no en todos los aspectos. En el primer principio no estoy muy de acuerdo poerque dice que siempre nos oponemos a todo lo que nos dicen, es verda que algunas veces nos oponemos pero tambien pienso que no es siempre, que son algunas veces. En el segundo principio si estoy de acuerdo porque siempre analizamos la situaciones y luego reflexionamos sobre ella. En el tercer principio estoy deacuerdo pero no del todo, porque no siempre reflexionamos sobre cosas que no hemos pensado. pienso que solo pasa eso algunas veces.
Comentando sobre los 3 elementos morales de Michel Foucault, estos me parecen medianamente correctos ya que estoy totalmente de acuerdo con el segundo y tercer principio, debido a que en ellos se habla sobre la curiosidad la cual nos incita a analizar y reflexionar sobre lo que estamos haciendo; y sobre la innovación, ya que la especie humana es caracterizada por pensar en lo inimaginable y ser capaz de razonar sobre ello. Pero por otro lado, el primer principio, el cual habla sobre la oposición, no es del todo cierto desde mi punto de vista, ya que no todo lo que se nos impone genera rechazo en nosotros, esto depende del carácter de cada uno y de su capacidad de anteponerse a los problemas que nos surgen.
ResponderEliminarNuria Marín Velázquez
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con el texto que comenta los distintos elementos de la moral, propuestos por Michel Foucault. Respecto al principio de oposición me gustaría comentar que habrá gente que se oponga siempre a aquello que todo el mundo estima que es lo correcto. Por supuesto, está en todo su derecho de hacerlo, si lo hace de manera que no ofenda al resto. En cuanto al principio de curiosidad, debemos ser curiosos con el fin de poder alcanzar mejores niveles de comprensión de las cosas. Para ello, tendremos que analizar, observar y reflexionar ante las circunstancias que nos da la vida. Y para finalizar, relacionándolo con el principio anterior, tenemos el de innovación, en el que quiero destacar el hecho de que no podemos quedarnos con lo superficial. Tenemos que hacer uso de nuestra imaginación para aspirar a ser algo más en la vida.
Sabrina Marcial Rendón
ResponderEliminarEn el texto Michael Foucault habla de los principales elementos de su moral, oposición, curiosidad e innovación.
No estoy de acuerdo con su principio de oposición ya que no deberíamos rechazar todo y darle una oportunidad, con sus dos siguientes principios si estoy de acuerdo ya que tenemos que analizar y saber de cosas para informarnos, y reflexionar sobre cosas que no pensábamos que algun día podríamos imaginar
Irene Bejerano Sánchez
ResponderEliminarYo estoy de acuerdo con este texto de Foucault sobre estos 3 principios de oposición,curiosidad e innovación.
En el 1° principio para la moral está bien rechazar aquello que nos impone aunque también podría ser que no rechazamos todo lo que nos impone para estar bien.
En el 2° principio es bueno saber y analizar para hacer una acción y así sera mejor que si no hubieras pensado nada
En el 3° principio siempre solemos buscar reflexiones sobre cosas que no habíamos pensado antes
Julia Santi de la Cruz
ResponderEliminarEl texto de Michel Foucault nos habla sobre los tres principios en torno a la moral del ser humano. Estos elementos se resumen en oposición, curiosidad e innovación.
El primer principio moral es según Foucault la oposición como rechazo a lo que se nos impone. Sin embargo yo no lo considero algo que vaya ligado a la moral humana ya que esto dependerá de la personalidad, forma de actuar e incluso influencia social de cada persona.
Con el segundo principio, la curiosidad, si estoy completamente de acuerdo ya que toda persona ha sentido esa necesidad por saber el por qué de algo, analizándolo y reflexionando sobre su razón de ser.
Por último, creo que la innovación también es un claro ejemplo de moralidad porque al igual que en el anterior ejemplo la imaginación es algo que nace en nosotros.
Por tanto estoy bastante de acuerdo con la reflexión de Foucault sobre sus tres principios morales.
David Utrera Salado
ResponderEliminarMe parece muy interesante este texto de Michael Foucault sobre los tres elementos de su moral.
Pero estoy en desacuerdo con el primer principio de oposición ya que no deberíamos rechazar a todo lo que nos impone ya que habría cosas que deberíamos aceptar porque son necesarias.
Luego estoy de acuerdo con el segundo principio de curiosidad ya que es importante reflexionar o pensar antes de actuar.
Por último, también estaría de acuerdo con el tercer principio de la innovación ya que el ser humano necesita innovar para conseguir avances.
En este texto que leímos de Michael Foucault vemos tres elementos de moral, con el primero estoy bastante de acuerdo, el segundo estoy totalmente de acuerdo, pero con el tercero no lo estoy del todo ya que veo muy difícil el imaginarnos cosas o pensar cosas nuevas en nuestras reflexiones ya que pienso que reflexionar es de algo que ya te a pasado y veo muy difícil el cambiar tu punto de vista. En conclusión, estoy bastante de acuerdo con el texto.
ResponderEliminarMichel Foucault resume su moral en 3 elementos.
ResponderEliminarEl primero es el principio de oposición. No llego a estar totalmente de acuerdo, ya que muchas veces lo que se nos propone o impone puede llegar a beneficiarnos en cierto modo.
Con el segundo principio, el de curiosidad, estoy muy de acuerdo, siempre hay algo que nos despierta curiosidad y de la cual queremos saber más y más, va en nosotros, por lo que sí que lo considero un principio de moralidad.
El último principio es el de innovación, y concuerdo con él. Somos seres pensantes, y por muchos que no queramos pensar en algo nuestra mente está continuamente imaginando y creando, es por eso que sí sería un claro ejemplo de principio de moralidad.
Michel Foucault en este texto nos explica los tres elementos de la moral.
ResponderEliminarEl primer principio nos habla de la oposición, rechazo a lo que se impone, yo esto no lo
consideraría moralidad pues eso depende de la persona y de su estado vital.
El segundo nos habla de la curiosidad, conocer lo desconocido, pienso que si se debería de considerar dmoralidad pues todo el mundo el algún punto de su vida ha sentido esa necesidad de saber algo que no sabía.
El tercero y el último nos habla de la innovación, básicamente imaginación, pienso que todo ser humano nace con su parte de imaginación aunque muchos digan que no tienes.
En conclusión, estoy bastante de acuerdo con los principios que nos propone Michel en este texto.
Manuela Piñero Díaz:
ResponderEliminarLos tres elementos de su moral que bien expone Foucault me parecen tres cualidades de lo más interesantes y que, de hecho, no podrían existir las unas sin las otras. Quiero decir, el primer elemento del que habla Foucault es la oposición. Debemos dudar de, e incluso oponernos a, lo que se nos muestra como evidente. Esto nos lleva al segundo elemento, la curiosidad. Una vez nos hemos opuesto, debemos analizar aquello a lo que nos oponemos. ¿Por qué no son las cosas así? Esto nos lleva directamente al tercer elemento. Una vez planteadas la oposición y la curiosidad, llega la innovación. Debemos plantear nuevas soluciones, buscar nuevas salidas que no se le hubiesen ocurrido a nadie nunca antes. ¿Si no es así, cómo podría ser, entonces?
Es por todo esto y no por otra razón que digo que los tres elementos de la moral de Foucault están estrechamente relacionados entre sí y no podrían subsistir los unos sin los otros.