domingo, 20 de septiembre de 2020

¿Por qué la Historia de la Filosofía?

 Este curso nos toca enfrentarnos a una rama de la Filosofía, la Historia de la Filosofía. Vosotros ya sois casi unos expertos en esta materia. Si recordáis lo aprendido el curso pasado, esta rama del saber comprende muchas y variadas áreas: epistemología, lógica, ética, filosofía de la ciencia, filosofía de la tecnología, metafísica… Durante estos meses, sin embargo, vamos a centrarnos en el desarrollo de algunos filósofos: Platón, Descartes y Nietzsche, sobre todo, pero también veremos algunos otros que nos encontraremos por el camino.

Para empezar a conocernos mejor, me gustaría que comentásemos el siguiente texto que Nietzsche escribió en 1874 precisamente sobre la Historia de la Filosofía:

“¿Qué demonios les importa a nuestros jóvenes la Historia de la Filosofía? El confuso lío de opiniones ¿les ha de quitar el coraje de tener opiniones propias? ¿Se les ha de enseñar a unir sus voces al júbilo general por lo maravillosamente que hemos progresado? ¿O acaso han de aprender a odiar o a despreciar la filosofía? Casi podríamos pensar esto último si sabemos lo mucho que se tienen que martirizar los estudiantes a causa de sus exámenes de filosofía para grabarse en su pobre cerebro las ocurrencias más insensatas y ridículas del espíritu humano, junto a las más grandes y más difíciles de entender. La única crítica de una filosofía que es posible y que también prueba algo, a saber, ensayar si se puede vivir de acuerdo con ella, no se ha enseñado jamás en las universidades: sino siempre la crítica de palabras que versan sobre palabras. Y ahora, imaginémonos una cabeza juvenil, sin mucha experiencia en la vida, en la que se hallan depositados cincuenta sistemas en palabras y cincuenta críticas de esos mismos sistemas, todos juntos y revueltos -¡qué devastación, qué burla de una educación para la filosofía! De hecho se reconoce que en absoluto se educa para ella, sino para un examen de filosofía: cuyo resultado será, como se sabe y es habitual, que el examinado, ¡ay, demasiado examinado!- admita ante sí mismo con un hondo suspiro: “¡Gracias a Dios que no soy filósofo, sino cristiano y ciudadano de mi Estado”.

Nietzsche, Schopenhauer como educador en Obras Completas (Madrid, Tecnos, 2018), 810-11.

Contesta a las siguientes preguntas. Las respuestas me servirán para determinar vuestra capacidad de análisis y comprensión de un texto filosófico, así como vuestra destreza para la producción de ideas originales. Tened cuidado con la expresión escrita, absolutamente esencial para tener una buena calificación final en esta materia.

1.       Tema (idea o ideas principales).

2.       ¿Para qué sirven los exámenes? ¿Crees que hay algún tipo de evaluación perfecta?

3.       Según Nietzsche, ¿qué tipo de filosofía debería enseñarse?

 

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