En el instituto San Lógico, se desató una gran discusión en clase de Filosofía. Todo comenzó cuando Lucía propuso que se debería ampliar el tiempo de recreo a 30 minutos, en lugar de los 20 actuales.
—“Eso es una locura —dijo Pablo—. Si aumentamos el recreo, pronto dejaremos de tener clases, y terminaremos todos repitiendo curso. Es una pendiente peligrosa.”
—“Además —añadió Marcos—, no podemos confiar en la opinión de Lucía… el otro día sacó un 4 en Filosofía. ¿Qué sabrá ella sobre el tiempo escolar?”
—“Yo estoy a favor —intervino Carla—. Todos en Instagram dicen que 30 minutos es lo mínimo. Si lo dice todo el mundo, será por algo.”
—“Miren —saltó Pedro—, si no están a favor del recreo más largo, están en contra de que los estudiantes tengan tiempo para descansar. ¡Así de claro!”
—“Y por cierto —dijo con tono serio Sofía—, los antiguos griegos se tomaban su tiempo para descansar, y ellos inventaron la filosofía. Así que, claramente, más recreo nos hará más sabios.”
—“Bueno —terminó Andrea—, nadie ha demostrado que más recreo no mejore las notas… así que debe ser beneficioso.”
El profesor, que escuchaba en silencio, sonrió y dijo:
—“Muy bien, chicos. Acaban de construir entre todos una torre de falacias. Ahora, su misión es derribarla.”
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